Técnica general

Los tratamientos endovenosos se utilizan para ocluir las venas varicosas sin necesidad de extirparlas, mediante un abordaje venoso percutáneo. Se trata, por tanto, de una técnica mínimamente invasiva, realizable de forma ambulatoria. El tratamiento se realiza directamente en la luz de la vena.

Las técnicas endovenosas tratan mayoritariamente las venas safenas magnas, aunque también pueden utilizarse en la safena menor con un procedimiento adaptado. Para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda, los tratamientos se administran a pocos centímetros de la unión safeno-femoral.

La oclusión de la vena se obtiene aplicando una fuente de energía que genera calor. Las fuentes de energía son diversas: radiofrecuencia, láser o vapor. La producción de esta energía se consigue mediante el uso de un generador específico para cada técnica, que transmite dicha energía a una sonda de tratamiento.

También se puede lograr la oclusión de la variz mediante la inyección de una solución esclerosante (espuma o líquido), que provoca una reacción inflamatoria importante, llevando a la obliteración de la vena.

Entorno

Los procedimientos endovenosos deben realizarse en salas o quirófanos, o en áreas ambulatorias hospitalarias, que cuenten con el equipo indispensable para este tipo de intervención. Entre el material obligatorio se incluye, por ejemplo, el maletín de reanimación, esencial para cualquier acto bajo anestesia local.

Además, en el caso de un tratamiento con láser, es imprescindible colocar una señalización específica en el exterior de la sala indicando el uso de láser.

Durante el procedimiento, el médico debe estar acompañado por personal sanitario, cuya función es proporcionar el material estéril y manejar el generador.

Postoperatorio

Al tratarse de un procedimiento ambulatorio, el paciente puede caminar inmediatamente después de la operación. Tras la intervención, se coloca un vendaje compresivo. Posteriormente, se recomienda encarecidamente el uso de medias de compresión durante 15 días. Es posible ducharse pasadas 24 horas, gracias al carácter mínimamente invasivo del procedimiento.

El paciente suele retomar sus actividades normales en pocos días. Durante las semanas siguientes al tratamiento, se recomienda caminar con regularidad, evitando actividades especialmente extenuantes y periodos prolongados en posición de pie.